30 mayo 2023

Reconstruir los sueños

 Maslimiades Lopetosa, apasionado hipnotista del gran circo de los sueños del Vaticano, tenía en su función a 20 personas durmiendo, cuando notó que, a pesar de haberse levantado para irse, uno de ellos seguía soñando. El hecho no pasaba de ser un tema de sonambulismo, hasta que Maslimiades abandonó el circo y siguió al muchacho, que se dirigió a las afueras de la ciudad y hurgó en una callecita sombría, cavó en el suelo y descubrió canicas enterradas. Un bocinazo despertó al muchacho, que empezó a llorar del asombro. Le contó que cuando, se quedó dormido, encontró dos caminos: uno brillante y otro oscuro. Decidió tomar el oscuro y viajó hacia atrás en sus sueños: lejos de seguir soñando cosas nuevas, reconoció el camino que lo llevó hasta dar con las canicas que enterró en sus sueños de niño. Trecientos experimentos siguieron a ese para que Maslimiades en 1518 pudiera reunir nuevamente a los mismos hipnotizados y recrear la apertura de la calle de los sueños. Tres de los soñadores habían soñado el mismo lugar. Primer trazado de los mapas de los sueños. Fundación de la Nueva Geografía.



 
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