La tarde del 12 de julio de 1631, Hurbagt Juicendu, descendiente de los Noguilensis, sobre la sangre derramada de millones de muertos, tuvo el triunfo para sí solo, las armas para sí solo, las flores para sí solo, la muerte para sí solo, la cena para sí solo, el aire para sí solo, el agua para sí solo, el fuego para sí solo, la tierra para sí solo, el tiempo para sí solo. La vida creció de nuevo, esplendorosa, sobre un sombrío campo de dioses muertos.
30 mayo 2023
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comments:
Publicar un comentario