30 mayo 2023

Constelación artificial


En 1154, el metalurgista francés Sir Conec fabricó el primer espejo de agujeros incoloros, llamado el imán lumínico, capaz de atraer la luz, almacenarla, solidificarla y moldearla. Tan hermoso invento permitió recoger por la noche, durante los vuelos en avión, una inmensa cantidad de luces de faroles de las ciudades. Sir Conec quiso aprovechar la luz retenida tras los párpados y se concentró en recuperarla antes que se desvanezca, abriendo los ojos en el luminostar, una esfera cristalina y porosa que atrapa la luz en su temprana oscuridad. En el famoso Taller de Locuras de Perusalén, decantó la luz capturada en los altos hornos de su siderurgia familiar y moldeó candentes figuras que luego solidificaba al someterlas al frío nocturnal. Sumelania, su menor hija, fue quien, 18 años más tarde, instaló en el espacio sideral sus más bellas creaciones. Nueva concepción de la noche.






 
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