perdidos en el campo de batalla
todo es polvo miserable
pronto se irá la luz
un pestañeo de sol
en el viento que arrastra
un corazón de polvo
encrucijado de palabras
permíteme ser tu verdugo
la puerta que se abre en tu memoria
quien cosecha los días moribundos
para regalárselo a los pobres
pequeños, celestes, desahuciados
pletos de cabellos los labios
el rojo de los tilos?
la penumbra derramada en las mejillas?
qué me hago sin ti, ahora?
trastabilla mi corazón
mi historia tropieza
aquí estoy
pleto de pulmas
de vacíos y llenatos de hambre
disperso en la mirada un cuervo
ansioso de llevarse mi cielo
sangre de nubes, arde
el hilo en el iris, detente
atraviesa el costado
de la humanidad
para salvarla
de la impotencia
tan dulcemente
tan tristemente
estética de la palma
tan bella tan nada
tan ida, tan buena,
eres yo
piélago
látigo
dolorosa arquitectura de los cuerpos
moribundos
arte de poblar los pechos
de gusanos
andate de nuevo
escapa por los techos
tigresa malhechora
recorre las venas
prodiga tus miserias
llora desconocida,
quien te escucha
quien
llora abundante amarilla y roja
la oreja que te sangra bajo la falda
escuela tu nombre
escuela tu sentido barcionario
pero detente
detente hasta la hora de los idos
busca entre mis labios
tu sangror preferido
siente el tacto de tus muertos
acaba con este sueño
retazo de mi frente
malcrea el sol
malcrea la lluvia y
los pájaros involatos
malcréalos
y pinta sobre el horizonte tu llama
tu quemazón miserable
frío e intolerable
hierve el lamento
de los hijos
defeca más sobre mi mano
esfera de luz celeste
ahógate en mi llanto
pequeña y dulcebuena
estrella
yo te di los filos recuerdas?
yo las puntas, recuerdas?
yo la escalera, recuerdas?
y ahora mi ceniza
mi silencio esparcido
en la cuencas memorias
dulce adiós
perdóname
no lo siento
no me perdones, no
arde solamente
arde solamente
arde y quiébrate
vende tu alma
ahora es tarde
siempre es tarde
ya no somos lo bueno
lo quedo, lo sorbo
lo envisuo, lo martico
somos la tibieza sepultada.
