moldeos

abres los ojos a mis manos

besando una ruina de siluetas

bandada de temores

lengua vieja que amarga

al socavón unos trapos

que vistieron tu tristeza

pequeña eres

pegas las paredes a tu rostro

y en el devenir del día

te culpas, te sofocas

te engalanas de mentiras

y de tontos latidos

calla cuanto puedas

aniquila segundos

estrellálos contra tu pecho

salta

a la rueda que mueve la ceniza

al polvo amarillo que cuece

tanta mar y tanta espuma

acrecienta la sombra

que permite

saciar la boca y el hambre de lamentos

cierne los cristales en tu boca

los diamantes de estúpido brillo

haz de mi, el soplo tibio

que da sobre la lumbre de los muertos

hágase tu nombre en las paredes

hágase tu sueño en mi plumaje

y arde como nunca tu luz sobre las almas

resucitadas en el nombre de tu especie

de invisibles ramos de tiempo dibujado.