Amada hijita, mamá Mónica y papá Henrry estamos sentados a la cabecera de nuestra cama y juntos miramos al espejo y quisiéramos ver, cómo de entre nuestras imágenes, nacieras tú, como una sombra de lindos colores; o que de entre nuestras cruzadas manos, nacieras como una rosa que vuela y se hace mariposa.
Han pasado 7 meses, 8 días, 1 hora, 9 minutos y 2 besos desde que nos casamos y ya tenemos el corazón ilusionado.
Hemos sembrado tus futuros pasos en la sala, en la cocina, en la biblioteca, en nuestro cuarto y en el tuyo; y a medida que pasan los días, resuenan más alegres, bulliciosos, como si Minnie, Mickey Mouse, Pluto y Donald fuesen nuestros huéspedes.
Vives ya en nuestro corazón, ya ves el mundo con nuestros ojos, ya hablas con nuestra voz, ya te olemos, ya sentimos tu cuerpecito subido en nuestra espalda, ya tus piececitos caminar en nuestras rodillas, y sólo falta...
¡que nuestras miles de cartas lleguen a París! que atraviesen rápidamente todas las calles, que se deslicen bajo todas las puertas, que busquen en todas las casas, y los árboles y los sueños, y, que lleguen a la oficina de la Blanca Cigüeña, para que llegado el día, salga en el primer vuelo para Perú, entre un ejército de nubes muy celestes y bien vestidas, a donde mama y papá, dejan abiertas todas las noches, una ventana con flores, tarjetas, muñecas, caramelos, y sobre todo una varita mágica que todo lo que toca lo convierte en amor, ternura, belleza y poesía.
Así te soñamos y te esperamos con los ojos abiertos y el corazón en la mano, amada hijita.
Permítenos arreglar tu cuarto, tu casa, mantener cálidos los abrazos, dulces los besos, permítenos esperar poco tiempo para que tu estancia en este mundo sea digna de ti, de tu hermosa presencia, danos un tiempo más para recibirte con mucho amor y seguridad.
Mientras tanto, preciosura-encanto, sigue durmiendo en las plateadas estrellas, cúbrete de la noche con una de ellas, abrígate con una barba de sol, y sobre todo...
Sueña mucho, mucho. Sueña con tu nombre, sueña con tu primer vestido, sueña con tus mejores amigos, y sueña con papá y mamá, que un día te recibiremos en una noche de sedoso arcoiris del mismísimo pico de la Blanca Cigüeña.
Te amamos,
botoncito de sueño,
abejita de maní,
¡mariposita de lindos colores!
Mamá Mónica y papá Henrry
Trujillo, 14 de marzo del 2006
