25 diciembre 2023

Para que camines descalza este sueño


Ahora que te pienso
y lo digo en serio
te pones más hermosa, todavía
los cabellos, dócilmente se te cierran
y yo, travieso, juego a descubrirte
entre aquellos matorrales.

Liana a liana, avanzo,
entre la cerrada noche de tu pelo
tropiezo, resbalo, caigo y prosigo
me hundo, y al fondo
como dos volcanes encendidos

tus ojos,

rayo por rayo
devorando el mundo.

Cae la lluvia sobre el silencio de febrero


Ayer que dormiste por la tarde,
me puse triste, recordando, 
la lluvia de febrero.

Llovía sobre nosotros sin descanso,
llovía para que la tierra sea mar,                    
y la mar, silencio,
llovía para que tú y yo, nos abracemos,
triturando nuestros miedos.

Llueve hoy en mi memoria,
y para siempre,
solo para que tú,
escuches en tu lecho,
mi más largo silencio.
 

Omayra - Vía crucis

 
Si te acercas lo suficiente
y tocas,
la oscura y gruesa
epidermis de la muerte,
verás que crece,
aún, bajo el hielo
y el cieno burbujeante
una hermosa flor.

No hace falta que te diga
que la noche, pronto,
cerrará sus ojos,
y que ese alud de tristeza 
me partirá en dos,
y nunca más, pájaro alguno,
recordará la canción.


Molino de mi infancia

 
Molino de mi infancia
aplastado por la luna anaranjada
recién pintada,
te ha crecido musgo
en la esperanza.
No me oigo más
gritando entre tus aspas.

Sin temor a despertarme
ven a verme un día
atravesado el costado
por el resplandor de mis canas.

Ven a verme 
porque un día triste como hoy
yo te hubiese llevado 
amigos, perros, carcajadas.


Las hojas muertas


¿Porqué, a veces, el alba
se cierra,
conmigo dentro?

Azules, rojos, ocres,
¿porqué,
conmigo dentro?

Un plato vacío se ha posado
en mi mesa
Y en mi corazón
tu ausencia.

 

Lorenzo


La persona que abrió los ojos, 
y no vio nada,
soy yo.

El largo viaje de mis manos
como dos puños apretados
no ha derribado 
la montaña de inmutables

                                    pájaros.

Ven a mirarme,
y dime, Hades
¿qué falta hacía 
un pétalo de sangre
en tu rama fúnebre?

Sol del infierno,
a tu muerte he venido,
sin colores.

Voy a pintar tu carne,
con mi ceniza,
en el altar de los elegidos.

No mires mi carne vieja,
mira mi mano ardiendo,
infinitamente joven,
a cambio de Lorenzo.

Atraviesa mi costado, 
con tu lanza mortecina,
mientras te bebo, sol,
el último aliento.

Islandia


Hoy han llegado noticias desde el norte.

Pradera arriba, donde el sol recoge el oro
arrastrando por el río su pelaje
un hombre ha caído derramando su alegría
todos le han preguntado por sus ojos
inflamados y ardiendo en poesía
y el hombre, mudo del asombro
ha seguido su camino.

Dicen los que le abrazaron
que allá en el hielo
frío arriba de los témpanos salvajes
en el infinito y blanco abismo
bajo un río de aguas cristalinas
resistía un cuerpo invencible
como una roca bajo el hacha de hielo.

Dicen por ahí
que allá en Islandia
mirando sangrar la tierra
dormía, hermoso, el cadáver de su padre.


 
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