Escuchadme bien:
Por si entrase por esta puerta
Reptando sobre sus rodillas rotas
Dadle un café bien cargado
Y ponedle una canción de SODA
No lloréis sobre sus trajes
Soleados y polvorientos
No lloréis al farsante
Abrid raudamente las ventanas
Dejad que se duerma
Arropado en sus lamentos
Pero no lloréis.
De sus huesos rotos, la oscuridad
Vendrá a llevarlo cada tarde
Y le bañará de eternidad
Le pondrá flores
Nuevas ropas y perfume de abril
Adolescente se ha de levantar
En el rostro burlón de la mañana.