Nada como unas buenas zapatillas con càpsulas de aire, para girar el globo con los pies. Las prefiero nuevas, o que hayan sido paseadas en un sueño. Y si las mojaron en una lluvia de geranios, aùn màs. Que sean muy suaves, que permitan adivinar los rastros de los niños perdidos. Que salgan todos las noches a patear estrellas, pero que sobre todo sigan su propio camino: un gran cañòn de diamante, una infinita avenida submarina, un hilo de oro por donde se deslizan los pàjaros, o una secreta ruta donde camino este sueño.
09 enero 1975
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comments:
Publicar un comentario