La mañana sabe a pasto,
y la parte de los tallos que se mojan,
cuando piso, huele al agua sin prisa,
al lenguaje de las gotas en tu rostro,
y un leve aroma a color demasiado-triste
en las pupilas de un cercano atardecer.
Hay una parte de este día que no conozco,
hay momentos en que la Vida no me llama,
y sin embargo, a toda hora me levanto,
a mojarme las manos en mi propio silencio.
Bendita la luz, el silencio y el agua.
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