¿En donde? si no en un sueño, un día te conocí, mujercita de talco,
cuando dormías dulcemente sobre la mano de espuma de un ángel.
Y fue en ese sueño que desde lo alto de mi cuerpo
una catarata de miel bajó a hervir sobre tus labios.
¿Recuerdas?, cabalgando unicornios paseábamos en los jardines de tu bondad
Y llegado el día en que todos duermen, creamos los mares
y estirándolos formamos los ríos.
¿De donde salieron ríos tan largos? si no de entre tus manos y las mías.
Ángel tallado en un cristal de azúcar, alitas de mariposa, enjoyada con racimos de estrellas y diamantes de luciérnagas, ¿a quién, si no a ti, mi corazón pertenece?, mujer fantástica,
durazno que no palpo, mango que no huelo, labios que no beso; lista está tu nube encantada
donde tiendes tu cabello de seda. Ven, desciende tus párpados y sueña conmigo,
mientras yo juego, travieso, con mascotas celestes y vuelo desafiando dioses.
Duerme, yo giro al revés los relojes y sonrío, mientras te cuido, niñamente enternecido.
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